• Transmisión de la onda sonora.
  • Función de adaptación de impedancia aire/líquido.
  • Función protectora.
  • Función de la trompa de Eustaquio.
  • Vías de transmisión.

         

   Los sonidos para propagarse han de hacerlo a través de un medio material que puede ser líquido, sólido o gaseoso. El sonido propagado por el aire es captado por el PA y alcanza la membrana timpánica que vibra por acción de la presión de la energía sonora y transmite su vibración mecánica a la cadena osicular uno de cuyos huesecillo, el martillo, hace cuerpo con la membrana estando unida firmemente a ella a nivel de uno de sus ejes radiales. Este sistema de transmisión tímpano-osicular es mecánico.

   Fisiológicamente en el oído medio se pueden considerar dos ejes: el eje sensitivo oído externo-oído medio-oído interno, y el eje aéreo, que contiene aire y está formado por trompa-oído medio y celdas mastoideas. Por tanto, funcionalmente el oído medio es la encrucijada entre estos dos ejes. Todos los elementos del eje aéreo, trompa y celdas mastoideas son dependientes del oído medio.

  

     TRANSMISIÓN DE LA ONDA SONORA.

   La membrana timpánica, en reposo, está en tensión constante debido al sistema de fibras que la constituyen y músculos que la tensan. En actividad es sometida a vibraciones al ser desplazada por los movimientos moleculares del aire que producen las ondas sonoras. Sus movimientos en el umbral son infinitesimales, de orden molecular.

   La membrana timpánica al vibrar no lo hace de forma homogénea, ya que es asimétrica con respecto al eje del mango del martillo, siendo la porción posterior de la membrana mayor que la anterior. Según los diversos autores que han tratado este asunto, la zona de la membrana donde ésta experimenta la máxima vibración es variable. Esto ocasiona que para determinadas frecuencias y a determinadas intensidades la vibración asimétrica de la membrana origina un movimiento de rotación en el martillo. Este modo de vibración de la membrana timpánica es el que determina la distribución de fuerzas aplicadas al martillo. Según Bekesy, la membrana no vibra de la misma forma para sonidos de diferentes tonos, estando situada la zona de máxima vibración en la zona de sujeción inferior. Hasta los 2.400 Hz el tímpano vibra como un cono rígido,  rotando sobre un eje situado próximo al margen superior de la membrana. Por encima de este cono, la membrana timpánica pierde rigidez y cuanto más alta sea la frecuencia vibra menos superficie timpánica y sobre un eje cada vez más próximo a su margen inferior.

   Más recientemente, esta complejidad ha sido demostrada mediante vibrometría láser y modelos computadorizados, según los cuales son diferentes las áreas timpánicas de movilidad máxima en función de la intensidad y frecuencia utilizadas, existiendo dos frecuencias de resonancia máxima en el tímpano localizadas en las frecuencias 1000 y 2000 Hz. Para los sonidos graves, la porción central de la membrana vibra más que la porción periférica, y el punto central de la zona de máxima vibración no corresponde al punto central de la membrana sino a una zona situada más abajo. Para sonidos de más de 2000 Hz, la membrana vibra en su totalidad.

    La actividad fisiológica timpánica está unida a su integridad anatómica y a su continuidad con el sistema osicular.

   La cadena osicular transmite las vibraciones desde la membrana timpánica hasta la ventana oval, es decir, hasta la perilinfa. El sonido captado por la membrana timpánica es transmitido por ésta al mango del martillo. La vibración se transmite del martillo  al yunque con el que está solidamente enlazado mediante la articulación incudo-maleolar y el yunque, por su rama larga se articula con la cabeza del estribo. Excepto a intesidades muy elevadas, el martillo y el yunque se comportan como una unidad funcional y describen un pequeño arco al realizar un movimiento de rotación hacia dentro y hacia fuera alrededor de un eje que va desde la apófisis anterior del martillo hasta el extremo de la apófisis corta del yunque. Este eje de rotación es aproximadamente paralelo a una tangente trazada en el extremo superior de la pars flácida. El estribo transmite con su platina a través de la ventana oval la vibración a los líquidos del oído interno.

 

  

 

 

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