• Imagen otoscópica normal.
  • Errores en otoscopia.
  • Endoscopia del oído medio.
  • Aportaciones de la exploración general ORL a la patología otológica.

                                                                                                                              

                                                             

     IMAGEN OTOSCÓPICA NORMAL.

   Tras la exploración del conducto se realiza la exploración visual del tímpano.

   En el capítulo <02.1ª.04> se han descrito sus características anatómicas, forma y relieves.

   En la visualización timpánica se trata de diferenciar un timpano normal de las imágenes que sugieren alteraciones en el mismo, para ello es necesario que la visualización de la membrana sea completa, pero hay determinadas formas anatómicas del CAE, especialmente la procidencia de su pared anterior, que impide la visualización de la parte anteroinferior del ánulus.

  La integridad, coloración, vascularización, textura, rigidez, etc. de la membrana timpánica proporciona una extraordinaria información de la patología timpánica y del oído medio. 

   En la otoscopia clásica se daba una extraordinaria importancia a la presencia de un cono o triángulo luminoso sobre el cuadrante anteroinferior, con vértice en el ombligo y base en el borde de la membrana, cuya superficie varía en función de la incidencia de la luz, ya que es el reflejo de los rayos de la luz otoscópica en una porción de la membrana perpendicular al eje visual. Con determinados ángulos de examen el triángulo luminoso puede llegar a desaparecer. Se conoce como reflejo o triángulo luminoso de Politzer. Para poder determinar si es normal, se ha de prestar atención no sólo a su situación en el cuadrante anteroinferior, sino también a su morfología, triangular, elíptico, circular, etc, y su número, único o múltiple. Su localización y su forma depender de la concavidad de la membrana. 

  La inspección otoscópica de la membrana timpánica ha de valorar estos datos:

  

   Apariencia.

   Transparencia, opacidad, color, eritema, esclerosis y atrofia. La totalidad de la membrana en condiciones de normalidad ha de tener un aspecto regular y uniforme no debiendo presentar irregularidades de grosor ni de posición. Las variaciones de la coloración y aspecto no afectan, en ocasiones, a todo el timpano sino sólo a una parte de él, lo cual define de forma característica un proceso patológico.

   El tímpano normal, es decir normocoloreado, aparece en la otoscopia con una membrana de coloración muy tenue, grisácea, pero sobre todo transparente o semitransparente como un vidrio esmerilado. En ocasiones se trasluce la rama larga del yunque y su articulación con el estribo.

   Normalmente, la vascularización no se aprecia, o es cuando menos muy discreta, limitándose al mango del martillo. En ocasiones, el mero estímulo mecánico que produce el otoscopio sobre el CAE provoca una dilatación de los vasos que acompañan radialmente al umbo apareciendo hiperémico, sin que este hecho tenga una implicación patológica. Esta misma situación se produce al examinar un tímpano con el niños llorando, el llanto provoca un aumento de la presión en el oido medio con la consigueinte congestión de la vascularización timpánica, enrojeciéndolo, lo que puede dar una imagen de falso tímpano patológico.

   El aumento de la transparencia timpánica hace sospechar un proceso de atrofia timpánica que puede asociarse a antecedentes patológico o, en algunos casos, no teniene una causa aparente. Con la edad se va opacificando. A veces, la membrana timpaníca es tan delgada que se denomina en ala de mosca, si bien la mayoría de los tímpanos que tienen esta apariencia es debido a repitelizaciones espontáneas de amplias perforaciones timpánicas. Una disminución de la transparencia timpánica siempre debe de hacer pensar en la presencia de alguna patología en el interior de la caja timpánica. Sin embargo, cuadros relativamente frecuentes, como una otopatía tubárica secundaria a un proceso catarral de vías respiratorias altas, pueden alterar un poco el aspecto timpánico. Por lo tanto, cualquier imagen timpánica ha de correlacionarse con la historia clínica.

   Una coloración azul oscura o violácea en el hemitímpano posterior o inferior, hace sospechar un golfo procidente de la vena yugular interna; si la región timpánica inferior aparece sonrosada, afranmbuesada y púlsatil, hace pensar en un paraganglioma yugulotimpánico. Una coloración sonrosada en la áreas anteroinferiores y con carácter pulsátil sincrónico con el latido cardíaco, hace que se haya de descartar una trayectoria anómala de la arteria carótida interna.

  

   -  Relieves.

   El primer relieve en el que hay que fijarse al realizar la otoscopia es la apófisis corta del martillo (processus brevis). Esta prominencia, que sobresale del resto del tímpano y presenta un color más blanco, marca la parte más alta del manubrio del martillo.

 

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