• Hipoacusias de transmisión.
  • Hipoacusias neurosensoriales.

                                                                            

     La posibilidad de aplicación de tratamientos medicoquirúrgicos y de ayudas tecnológicas depende fundamentalmente de la etiología, de la localización topográfica de la lesión que da origen a la hipoacusia y de su intensidad. Con la finalidad de ordenar el amplio número de patologías y procedimientos terapéuticos aplicables en ellas, se recurrirá a su clasificación en dos grandes grupos: hipoacusias de transmisión o conductivas e hipoacusias perceptivas o neurosensoriales.

                                                      

   HIPOACUSIAS DE CONDUCCION O DE TRASMISIÓN.

   Se deben a enfermedades de oído externo y medio. Pueden ser congénitas o adquiridas por un defecto mecánico. Sus causas pueden agruparse según el lugar anatómico, a saber: CAE, membrana timpánica, oído medio y trompa de Eustaquio.

   La intervención terapeútica en este tipo de hipoacusia tiene un pronóstico favorable, siendo capaz de minimizar o impedir la aparición de las consecuencias anteriormente descritas.

                                                                      

   Conducto auditivo externo.

   Los tapones de cerumen y los cuerpos extraños en CAE de anatomia normal pueden ser extraidos con facilidad utilizando una jeringa de agua si previamente se han instilado una gotas aceitosas. Cuando esto falla, se extraen con microscopio e instrumental adecuado.

   Cuando se diagnostica otitis externa el proceso inflamatorio del meato puede ser localizado, furunculosis, o difuso. El estafilococo suele ser el germen más frecuente en el forúnculo y la pseudomona en la otitis externa difusa. El proceso inflamatorio también puede deberse a micosis.

   Las estenosis del meato y atresia congénita del conducto auditivo externo que es más notoria, son raras pero aún se observan.

    Los traumatismos del CAE por accidentes de tránsito, deportivos o agresiones, pueden causar sordera debido no sólo a obstrucción por coágulos de sangre, sino a laceración de los tejidos del conducto. Se tratan de forma conservadora en un principio y se ha de realizar un estudio de imagen para su correcta valoración.

   Las neoformaciones del meato externo pueden ser benignas o malignas. La hipoacusia conductiva suele deberse a secreción ótica e incluso cerumen y se evita al retirarlos del CAE. Las exostosis de éste también pueden comportarse como neoformaciones benignas y producir hipoacusia conductiva. Si bien las exostosis son frecuentes, es raro encontrar neoformaciones benignas como papilomas y fibromas, o las malignas como epiteliomas, ceruminosas y sarcomas son aún más raras.

                                                    

   Tratamiento farmacológico.

   Se basa en el empleo de antibióticos, antiinflamatorios, mucolíticos, descongestionantes, etc.

                                                

   Tratamiento quirúrgico.

   Los tratamiento quirúrgicos están dirigidos a mejorar el estado de los espacios y de la mucosa que recubre el oído medio o a reconstruir las diferentes estructuras anatómicas que intervienen en la transmisión del sonido en el oído externo o medio. La utilización de tubos de ventilación transtimpánicos y la realización de timpanoplastias son ejemplos de cirugías dirigidas a obtener los objetivos mencionados.

  

   Audioprótesis de la vía aérea o de la vía ósea.

   Entre las prótesis de la vía aérea se encuentran los audífonos retroauriculares, intraauriculares e intracanales. Estas prótesis de la vía aérea estarán contraindicadas temporalmente o definitivamente en aquellos casos de hipoacusias de transmisión que cursen con una agenesia, estenosis o dermatitis crónica del CAE, una perforación marginal acompañada o no de un colesteatoma y una perforación timpánica con actividad infectivo-inflamatoria.

   Las prótesis de vía ósea actúan estimulando la cóclea a través del hueso craneal. Entre ellas están los vibradores aplicados a diademas o a gafas auditivas y los implantes osteointegrados. Estos han demostrado ofrecer una estimulación auditiva de mayor calidad al adaptarse su espectro de amplificación al conversacional del ser humano y obtener un mejor acoplamiento al tejido óseo que el proporcionado por los vibradores convencionales. Para la indicación de estas prótesis de vía ósea al menos deberá existir, en las frecuencias de 1.000 y 2.000 Hz, una diferencia media entre las vías aérea y ósea superior a los 25 dB, debiendo darse una preferencia por la conducción ósea cuando la diferencia es superior a los 40 dB. Los niveles de eficacia de estas prótesis son escasos cuando los umbrales de vía ósea superan los 50 dB de media en las frecuencias conversacionales.

   Todas esta prótesis auditivas, por lo general, representan una segunda opción en el abordaje terapéutico de los procesos que cursan con una hipoacusia de transmisión. Su indicación, en este tipo de situaciones, es difícil de estandarizar, quedando reservada al criterio del ORL que considerará las circunstancias que concurran en cada niño.

    

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