• Traumáticas.
  • Congénitas o embriopáticas.
  
    Las PF que aparecen al nacimiento pueden ser traumáticas o embriopáticas. NO deben ser calificadas de forma inmediata de idiopáticas. La actitud ante una PF en el neonato en principio ha de ser la misma que ante un adulto, con pocas excepciones.
  
  
   TRAUMÁTICAS.
   Son las más frecuentes en el recién nacido: 78%.
   Se relacionan siempre con los partos difíciles y prolongados en mujeres primíparas y neonatos grandes. Son más frecuentes en los partos con fórceps sin haberse demostrado claramente él porque. La mayoría de los casos son el resultado de una muesca ósea en el conducto de Falopio.
   La exploración muestra una debilidad facial unilateral asociada a hemotímpano, equimosis, o laceraciones en cabeza o cara.
   Evolutivamente muestran excelentes porcentajes de recuperación espontánea sin secuelas: 91%.
   Hoy casi han desaparecido las parálisis periféricas por trauma obstétrico que eran producidas por la aplicación del fórceps. Pueden ser parciales o totales, siendo debidas a la compresión del nervio por una de las valvas del fórceps a nivel extratemporal en alguna de las ramas terminales, especialmente a nivel del ángulo de la mandíbula.
   Sin embargo son más frecuentes los casos producidos por traumatismo intraparto. Dos mecanismos patogénicos explican esta parálisis:
  • Compresión sufrida por el NF en su trayecto extrapetroso contra la prominencia sacra de la madre durante el recorrido por el canal de parto, cuando el feto se presenta en posición cefálica, occípito-transversa.
  • Compresión realizada por el hombro sobre el NF en su trayecto extrapetroso, cuando el alumbramiento se realiza adoptando el feto una posición de hiperflexión lateral de la cabeza.
   El tratamiento quirúrgico se ha indicado para casos de parálisis completa al nacimiento o con fractura del temporal. También se ha indicado cuando electrofisiológicamente aparece una pérdida de la función del nervio de tres a cinco días postparto, o ausencia de función tras cinco semanas de edad.
     
     
EMBRIOPATICAS.
   Las PF de origen embriopático o congénito suelen acompañarse de otras malformaciones del maxilar superior (paladar hendido, hipoplasia maxilar y duplicación palatina), del pabellón auricular y CAE (microtia, anotia y atresia) e hipoacusia neurosensorial.
   
Síndrome de Möbius (Moebius).
   Es un trastorno neonatal que con lleva una PF congénita, uni o bilateral, respetando la mitad inferior de la cara y parálisis del IV par. Asocia comúnmente otras anomalías en extremidades, ausencia de músculo pectoral mayor y afectación de otros pares craneales con imposibilidad de cierre ocular en el 60%.
   Se ha publicado una incidencia de 1 de cada 10.000 nacimientos, pero esta cifra es poco creíble, pues en el 2001 en España había 48 casos declarados. Las últimas cifras en España son de entre 1/490.000 y 1/677.000 habitantes y la incidencia anual en torno a un caso por cada 115.000 nacidos.
   Existen controversias sobre el origen de esta PF, ya que el 80% de los casos se dan de forma aislada sin que aparezca en otos miembros de la familia.