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Septoplastia caudal.
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Septolastia extracorpórea.
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Actuaciones en situaciones concretas.
SEPTOPLASTIA CAUDAL.
Es la técnica de septoplastia destinada a la corrección de las desviaciones de la parte caudal o anterior del tabique nasal.
Una vez más recalcamos la importancia del septum caudal como elemento fundamental en la forma nasal, siendo uno de los principales puntos de apoyo del dorso y es fundamental que esté firme y bien equilibrado. Esto implica que la cirugía del septo caudal ha de considerar dos aspectos: la rectificación septal y la función de pilar que sustenta el dorso-punta nasal.
Este tipo de deformidades pueden producirse por traumatismos, infecciones severas, cirugías previas o por trastornos de desarrollo. En tales casos, el borde libre del cartílago septal, en lugar de ocupar su posición normal en la línea media entre los dos pliegues de la piel de la columella, sobresale hacia una fosa nasal tirando de la columella hacia el lado protuberante.
Las consecuencias de estas desviaciones/luxaciones son funcionales/obstructivas y estéticas de la punta nasal.
La obstrucción puede ser importante aún cuando la desviación sea pequeña porque se encuentran exactamente en la porción más estrecha de la cavidad nasal, la válvula nasal.
Estéticamente pueden asociar una depresión de la punta nasal debido a la ausencia de soporte septal y al agrandamiento y distorsión de la fosa nasal opuesta. La columella puede estar deforme dando a la punta nasal una forma asimétrica. La forma más típica es la luxación del tabique a nivel columellar (subluxatio septi), estas desviaciones del tabique anterior dan lugar a un prolapso del margen del tabique anterior en una de las fosas nasales con la consecuente asimetría de la base nasal.
Estadísticamente entre el 5 y el 8% de las desviaciones septales son de este tipo.
Se han utilizado numerosas técnicas para corregir estas desviaciones. El primero en ocuparse de este tipo de desviaciones fue Metzembaum con su técnica conocida como "puerta giratoria” en 1929, como ya hemos expuesto en el capítulo anterior. Luego se han propuesto múltiples variantes a esta técnica, lo que demuestra la gran dificultad que supone corregir estas desviaciones anteriores.
Para que esta técnica tenga éxito se requiere la eliminación de la porción anterior del cartílago deformado mediante una condrotomía caudal con la resección del excedente de cartílago a nivel columellar. Esto requiere de un procedimiento radical y complejo como pueden ser una septoplastia extracorpórea, o bien una técnica abierta o exoseptolastia. Además, los enfoques conservadores hacen muy poco o nada en absoluto para cambiar la forma de la punta de la nariz, manteniendo la asimetría y el desorden causado por estas desviaciones.
Las correcciones conservadoras de las desviaciones caudales estarían indicadas tan sólo en aquellas desviaciones leves, con pocas quejas de obstrucción asociadas, y sin asimetrías o deformidades cosméticas de la punta nasal.
La septolastia caudal, tal como se concibe hoy, fue descrita inicialmente por Peer, en 1937, recomendando la extracción del cartílago desviado, su rectificación y reposición en la línea media. En los casos en que el tejido extirpado no sea adecuado o suficiente para su reinserción, Peer propone coger un trozo de cartílago de la porción central o más posterior del cartílago cuadrangular del tamaño similar al trozo caudal extirpado para reinsertarlo como autoinjerto..
Técnica.
La incisión septal se realiza en el lado de la desviación.
Se realiza desmucopericondrización del tabique cartilaginoso bilateralmente, pero respetando la integridad de la mucosa y pericondrio del lado contrario a la incisión para preservar la vascularización. Es decir, que a través de una incisión única en la mucosa se desmucopericondrizan ambos lados del tabique.
Después de exponer todo el cartílago del tabique nasal, se reseca. no solo la porción anterior desviada, sino también parte del cartílago posterior hasta donde se considere necesario, lo suficiente para disponer de un injerto septal que si fuese preciso se utilizará para reconstruir la punta nasal y dar estabilidad al tabique. Las porciones de la suprapunta y del dorso nasal se mantienen intactas.
Es conveniente que la liberación-exposición del cartílago sea completa, ventro-caudal y craneal, ya que, como hemos dicho, siempre es conveniente tener a disposición todo el cartílago ante la necesidad de posibles transposiciones del mismo. Lo más frecuente es que el cartílago en su parte craneal esté más conservado y recto para poder ser utilizado.
Se diseña un injerto a forma de puntal de la parte removida del tabique nasal, usando una parte de cartílago remanente recta, si lo hay. Debe tener una forma rectangular, con 0,5 a 1,0 cm de ancho. Se debe evaluar la altura del injerto en cada caso, debiendo tener, por lo menos, la misma altura que tenia la punta nasal del paciente antes de la cirugía. Igualmente se ha de evaluar su rectitud, para que colocarlo en la línea media, proporcione un tabique bien recto.
En caso de no poder conseguir fácilmente este injerto con cartílago septal, se puede recurrir a la obtención de un injerto autólogo de cartílago auricular o de costilla. Esta opción es excelente para dar soporte firme al cartílago caudal. Una vez retirado el borde caudal deforme, se coloca este injerto bien rectificado suturándolo al borde caudal. Se denomina injerto de alargamiento del septum caudal, ya que además de proporcionar un septo recto, evita que se pueda producir con esta técnica el síndrome de nariz corta..
A partir de la misma incisión que se hizo en la mucosa septal, por vía retrógrada, disecando con una pequeña tijera (tijeras curvas tipo Converse), se realiza un túnel o bolsa entre las dos paredes mucosas de la columella, separando el borde medial de los cartílagos alares. Esta bolsa servirá para el asentamiento del cartílago movilizado por lo que ha de ser lo suficientemente grande para acomodar bien el injerto: ha de tener un tamaño que permita recolocar el cartílago libremente en la línea media. En esta bolsa un septo neocaudal se situará entre el septo membranoso hasta el borde caudal de la crura medial.
En neotabique caudal se ha de fijar para lo cual hay varias propuestas.
Una forma es pasar dos puntos de seda o de nylon 3-0 desde el exterior de la columella, frontalmente, a través de la piel, sacándolo por el interior de la bolsa realizada. Luego el hilo se pasa a través del injerto cartilaginoso, para volver a reintroducirlo a través del interior de la bolsa y sacarlo por la piel de la columella. Estos hilos servirán para llevar el injerto a su posición correcta y para que se mantenga en esta posición. Al traccionar del hilo de este punto que hemos dado, el cartílago se coloca dentro de la bolsa realizada en la columella, entre las dos paredes mucosas de la columella para construir el pilar que sustenta la punta la nariz. Luego se ha de realizar una sutura de transfixión a nivel vestibular con hilo de monocrilo de 5-0 para estabilizar el injerto y evitar su desplazamiento. Hacia el interior del tabique se pueden realizar algunas suturas de transfixión en la mucosa del tabique para tener una mejor coaptación y evitar hematomas.
Otra forma de fijar el neotabique es colocar unas suturas de polidioxanona (o de otro polímero similar) que atraviesen el epitelio vestibular de la crura medial de un lado, el neosepto cartilaginoso y la piel vestibular de la crura medial contralateral; a continuación se continua con la sutura en sentido contrario a través de las 3 estructuras para completar una sutura de punto colchonero.
Por tanto, esta técnica elimina parte del cartílago caudal desviado, incluso si está soportando la punta nasal, y en su lugar se recoloca parte del cartílago autólogo recto para mantener la estructura nasal.
La eliminación del cartílago desviado es muy criticada por los detractores de esta técnica, argumentando que los cambios en la estructura de la punta nasal no se mantienen incluso después de la debida reconstrucción. Otros autores también consideran que con esta técnica son muchos los casos en los que no se corrige bien la desviación caudal y la deformidad estética de la columella y punta nasal, por lo que como alternativa consideran que es mejor recurrir a una rinoplastia abierta ya que el concepto es separar el cartílago desviado del resto del septo y de los cartílagos laterales superiores y a continuación recolocarlo en su nueva reubicación. El abordaje a través de este acceso externo es realmente laborioso y, a pesar de facilitar la exposición de estos cartílagos y su manejo, requiere habilidad y experiencia por parte del cirujano en el campo de la rinoplastia. Sin embargo, la técnica aquí descrita no requiere conocimientos específicos de cirugía estética nasal, no añade ninguna otra incisión o cicatriz excepto las mismas que se utilizan para la septoplastia convencional y no aumenta el riesgo o la probabilidad de complicaciones.
SEPTOPLASTIA EXTRACORPÓREA.
King y Ashley introdujeron la septoplastia extracorpórea en 1952 para corregir el tabique en situaciones de desviaciones y deformidades especialmente severas. Consiste en realizar una exéresis total del tabique cartilaginoso, remodelarlo externamente en la mesa quirúrgica y volver a colocarlo.
Esta técnica está indicada en septos extremadamente desviados en los que resulta difícil corregir las deformidades de forma eficaz manipulando el septo directamente en su localización interior, dentro de la nariz. Se propone la extracción del septo cartilaginoso fuera de la nariz para realizar su corrección externamente. Una vez corregido el tabique en la mesa de instrumental, es recolocado en su posición interna.
En resumen, la técnica consiste en la exposición del tabique denudado y liberado de las fuerzas que causan las angulaciones, realizar una realineación del tabique extracorporea y la reimplantación del cartílago alineado.
La técnica puede realizarse de forma cerrada o abierta, especialmente se prefiere un enfoque abierto cuando el dorso está afectado y es necesario realizar una exposición del mismo.
El procedimiento se inicia con el despegamiento mucopericondrial bilateral y la extracción en bloque de todo el tabique cartilaginoso.
Con el cartílago fuera de a nariz se corrigen las desviaciones y se configura un puntal en L más recto, o "neoseptum", para ser reimplantado. El neoseptum puede ser elaborado a partir de un solo trozo de cartílago o, cuando no se dispone de un solo trozo de cartílago de tamaño suficiente, se ha de realizar con varios trozos más pequeños de cartílago suturados entre ellos. Los trozos de cartílago septal extraídos pueden ser fracturados, adelgazados, reformados, y luego reimplantados. Se pueden realizar suturas de los fragmento. También se ha propuesto la utilización de pegamento de fibrina biológica para unir los fragmentos, si bien algunos consideran que esta fijación no es fiable.
Boenisch et al en 203 proponen tras la extracción completa del tabique y su fragmentación en trozos rectos, suturarlos a una lámina de polidiaxona. Este es un polímero reabsorbible conocido como filamento para suturas pero que también se fabrica en placas. Después la lamina con los fragmentos de cartílago es reimplantada creando un nuevo tabique. La polidiaxona se reabsorbe a las seis semanas.
Si se sospecha que hay riesgo de formación de sinequias se puede colocar a cada lado del tabique férulas de silicona o fluoroplástico de superficie antiadherente y con tubo de ventilación (Doyle, Reuther) durante unos días. Hay pruebas de estas férulas son muy efectivas para evitar la formación de sinequias y ayudan a dar soporte al nuevo septo. Estas se retirar a los 15 días, sin embargo, en casos de muy alta complejidad, en los que se suturaron múltiples fragmentos de cartílago entre sí, las férulas se dejan en su lugar durante 3 semanas. La retirada de las férulas se ha de hacer con mucho cuidado para no dañar el neosepto.
La reimplantación de un cartílago septal recién creado, independiente del método utilizado, da lugar a una disminución de la estabilidad de el tabique nasal, y por lo tanto de la pirámide nasal. Para conseguir estabilidad es fundamental que el apoyo del neosepto esté bien hecho. El neoseptum debe estar fijado de forma segura dorsalmente a los cartílagos nasales laterales y a la región del área K.
Caudalmente ha de quedar fijo a los cartílagos alares y a la espina nasal Si la espina nasal es demasiado grande, desviada o asimétrica, puede ser remodelada para crear un surco en la línea media donde apoyar el neoseptum.
El fracaso de la correcta fijación del neoseptum puede dar lugar a irregularidades dorsales, ensillado dorsal e hipermovilidad septal que origina recurrencias de la desviación.
Las desviaciones dorsales pueden ser particularmente difíciles de corregir. La remodelación del borde dorsal del tabique es obligatorio para conseguir un resultado satisfactorio funcional y estético, son los casos en que se requiere una técnica abierta. Aun a pesar de realizar meticulosas técnicas de fijación, se pueden producir irregularidades dorsales postquirúrgica. La mayoría de los autores para evitar el riesgo de posteriores irregularidades dorsales proponen realizar la denominada "reconstrucción del tabique anterior", que consiste en dejar in situ el puntal dorsal de cartílago durante la septoplastia extracorpórea.
ACTUACIÓN EN SITUACIONES CONCRETAS.
La forma de un cartílago está determinada por su tensión intrínseca distribuida en zonas. La magnitud de las tensiones varían en las diferentes áreas del septum, no siguen un esquema predeterminado, así como individualmente entre los septum de diferentes individuos. Debido a estas variaciones, las bases para corregir las deformidades septales son variadas.
El medio más eficaz para corregir un desviación cartilaginosa son las incisiones de espesor total atravesando el cartílago. Según estos conceptos sobre la tensión intrínseca del cartílago, los cortes parciales son aplicables en algunas áreas del cartílago pero no en otras. Los cortes contralaterales de espesor parcial pueden ser suficientes para neutralizar el arqueado del cartílago septal causadas por las microfracturas viejas, pero no es posible identificar estas microfracturas.
Sobre la realización de los túneles.
Algunos autores proponen para determinados casos realizar sólo un túnel superior en su porción anterior o cartilaginosa. El lado del tabique en que se ha realizado túnel se encuentra “pegado” al mucopericondrio, al no haber sido disecado. Este criterio se justifica por presentar grandes ventajas:
- Facilita la nutrición del cartílago en el post-operatorio, al ser el cartílago un tejido que se nutre por difusión, directamente desde el mucopericondrio; minimizando el riesgo de necrosis cartilaginosa isquémica post-operatoria.
- Permite la incisión y extirpación sólo de los ángulos de las desviaciones septales cartilaginosas, manteniendo el resto del cartílago adherido sobre su mucopericondrio, con respeto del máximo cartílago septal posible. Incluso puede decirse que se “talla” el cartílago in situ, sin necesidad de extraerlo, en la gran mayoría de los casos.
- Otorga estabilidad al resto del cartílago septal remanente.
Manipulaciones del cartílago.
Un tiempo fundamental de la septoplastia es la manipulación del cartílago para modificar su configuración alterando su resistencia y rigidez.
Con esta finalidad se han descrito multitud de técnicas que pretender modificar la resistencia del cartílago encorvado. Estas se agrupan en cerradas y abiertas. Las cerradas son las que proponen manipular el cartílago in situ sin sacarlo de su ubicación intranasal, mientras que las abiertas manipulan el cartílago extracorporalmente.
Técnicas cerradas.
- Resección o formación de cuñas subpericóndricas que pueden debilitar el cartílago para que se adapte a la configuración deseada.
Las resecciones en cuñas hechas en el lado convexo del cartílago en el eje de la desviación y reforzadas con suturas enderezan el tabique al reducir la longitud de la cara convexa del tabique.
Realizando las cuñas en el lado cóncavo, el cartílago queda debilitado dejando una superficie cóncava más corta para poder desplegar y enderezar. Para mantener la estabilidad de los segmentos cóncavos corregidos se ha propuesto rellenar los espacios de las incisiones con adhesivo a base de cianocrilato para aumentar la eficacia de las incisiones.
Varios autores consideran que estas incisiones de espesor parcial no producen los resultados deseados ni esperados pues son muy inestable y la deformidad vuelve a producirse, por eso recomiendan las incisiones cartilaginosas de espesor completo manteniendo una superficie mucopericondrial intacta.
- Incisiones del espesor completo.
Si se practican una serie de incisiones del espesor completo del cartílago en la superficie cóncava del mismo, se puede corregir el encorvamiento. Si la superficie es convexa, se procede a hacer incisiones triangulares en el cartílago.
Una técnica de incisiones completas es la denominada “técnica de cruz”. Está indicada para convexidades anteriores en más de un sentido, ántero-posterior y súpero-inferior. Se hace una incisión en forma de cuz con un bisturí, compuesta por dos líneas que se interceptan en un punto situado en la parte más convexa de la desviación. La longitud de la cruz puede ser variable, según el tamaño de la convexidad. También es variable su dirección y el punto donde se interceptan las dos líneas, por lo que se construyen diferentes formas de cruz; es decir, las dos líneas no siempre tendrán que ser perpendiculares ni interceptarse en un punto medio de ambas, sino que podrán hacerlo en diferentes puntos a lo largo de éstas.
Las incisiones deben profundizan todo el espesor del cartílago, pero sin lesionar la mucosa del lado opuesto que no se a tunelizado y por tanto no se ha desmucopericondrizado. Estas incisiones hacen que el cartílago pierda tensión para llevarlo a la línea media. Sólo se reseca la cantidad de cartílago necesaria y se conservan las estructuras nasales lo más íntegras posible.
- Tratamiento de las desviaciones angulares.
Las desviaciones angulares se han clasificado en el Capítulo 2 en horizontales, verticales y mixtas.
Angulaciones horizontales. Para identificar y valorar mejor la desviación angular ayuda una maniobra consistente en “aumentar la desviación” septal al empujar suavemente el borde anteroinferior septal hacia el esfenoides. Esto provocará un “aumento” del relieve del pliegue cartilaginoso siguiendo su ángulo de desviación, permitiendo una mejor identificación del mismo. Una vez reconocida la angulación se deben trazar dos condrotomías paralelas a ambos lados del ángulo extrayendo una tira de cartílago correspondiente a la zona angulada; si es necesario se realiza un despegamiento circunscrito a la angulación del lado contralateral, si no ha sido desmucopericondrizado previamente. A esta maniobra se la conoce como condrotomía de angulación.
Angulaciones verticales. La condrotomía de angulación es similar a la horizontal, solo que se realiza en sentido vertical.
Técnicas abiertas:
- Morselización o remodelación del tabique cartilaginoso propuesta entre otros por Rubin. Se realiza normalmente con una prensa y en determinados casos es un método muy eficaz para tratar las desviaciones del cartílago, aunque también tiene sus desventajas. El resultado es un cartílago recto pero débil o falto de rigidez.
El cartílago morselizado se adhiere fuertemente al mucopericondrio, esto hace que si se utiliza es sumamente difícil realizar reintervenciones o cirugías de revisión septal que precisan despegamiento de colgajos mucopericondrales.
Al utilizar cartílago morselizado el cirujano ha de tener en cuenta que debe procurar un soporte estructural suficiente para evitar la caída de la punta nasal. Para reforzar este débil cartílago se puede realizar un autoinjerto de sable. Se realiza con un trozo fino de cartílago o de hueso etmoides colocado sobre la superficie del cartílago. Este autoinjerto puede proporcionar el necesario soporte al tabique. Cuando se utiliza hueso como autoinjerto, éste se perfora con pequeños agujeros para poder suturarlo fácilmente al cartílago del tabique.
El autoinjerto de sable se puede utilizar como complemento a otras técnicas, como es el caso de la resección de cuñas, cosiéndolo a la parte cóncava del tabique desviado ya que es una buena ayuda para que se mantenga enderezado.
Injertos autólogos de cartílago.
Cuando no se dispone de fragmentos cartilaginosos utilizables para la reconstrucción septal, pueden presentarse casos en los que es muy difícil o imposibles conseguir funcional y estéticamente un buen septo. En estos casos se puede recurrir a transplantes de cartílago autólogo extraseptal. Esta situación es frecuente en las septoplastias secundarias de revisión en las que se dispone de escaso cartílago septal y también, aunque menos frecuentemente, en la septoplastia caudal cuando el borde del cartílago está rizado. En ambos casos se puede dar la situación de no disponer de cartílago septal residual recto que se pueda utilizar.
Las dos opciones propuestas para realizar este tipo de injertos son mediante cartílago auricular o costal.
- Cartílago auricular.
El injerto de cartílago auricular es de fácil obtención, pero al ser muy flexible no es fácil obtener un fragmento recto de cartílago de unos 3 cm de largo. Por tanto, aunque es fácil de extraer, la curvatura y la delgadez del cartílago auricular lo convierten en una mala opción para la reconstrucción del septo.
Para su obtención y remodelación se sigue la técnica diseñada por Pirsig en 2004.
Se extrae cartílago de la concha auricular a través de la cara posterior del PA. En la extracción se deja la capa de pericondrio de la cara convexa unida al cartílago. El cartílago no suele ser lo suficientemente consistente como para formar un tabique caudal robusto. Una vez extraído el cartílago, para hacerlo más fuerte, se parte en dos trozos por su cara cóncava, pero sin seccionar el pericondrio que se ha dejado unido al cartílago en la cara opuesta, y se dobla. Es por eso que a este injerto se le conoce como espalda con espalda (back-to-back). Dobladas las dos mitades quedan encaradas por el pericondrio común y se pueden suturar con Vicryl de cuatro ceros con lo que se consigue un injerto cartilaginoso recto de unos 2,5 a 3 cm.
En algunos casos, una vez doblado del injerto, los extremos superior e inferior pueden quedar un poco incurvados hacia fuera debido a su elasticidad intrínseca, similar a la curvatura que presentan los pies de la crura medial. Esto permite una mejor fijación a la parte anterior de la la espina nasal y a los restos de los extremos caudales del cartílago lateral superior.
- Cartílago costal.
El injerto costal ofrece la ventaja de proporcionar gran cantidad de cartílago fácil de moldear, es muy grueso y firme, siendo muy apto para soportar carga.
Puede ser usado en la septoplastia, si bien, en la práctica, es más usado en la rinoplastia del dorso nasal.
Las costillas comúnmente elegidas para este fin son de la 5ª a la 7ª cuando se precisa para injertos de dorso nasal y de la 8ª a la 9ª para injertos del tabique en forma de L.
Técnica.
El cartílago para el injerto que se ha extraer de la porción cartilaginosa de la costilla es sólo el del centro, núcleo o eje del cartílago costal, ya que la corteza exterior o capas externas se curvan y, por lo general, no son adecuadas para la técnica nasal planeada, sin embargo, la porción central del cartílago costal se mantiene recta. Su extracción se realiza mediante incisión a nivel del 5º, 6º, 7º u 8º arco costal. En las mujeres se realiza debajo del arco mamario. Hecha la incisión se va disecando por planos: subcutáneo, fascia y muscular, hasta encontrar la costilla seleccionada. Se identifica la unión de cartílago costal con la costilla ósea por un lado y con el esternón por el otro. Se realiza una incisión longitudinal del pericondrio a lo largo del eje central de la costilla y se inicia la disección subpericondral. Al realizar esta disección se ha de tener cuidado de mantenerse en el plano subpericondral. La parte más difícil es la despericondrización de la cara posterior del cartílago por falta de visibilidad. Se extrae el cartílago costal hasta la unión de costilla y esternón. La porción cartilaginosa es generalmente de color blanquecino, mientras que el hueso muestra un claro de color gris rojizo. En pacientes mayores, el cartílago tiende a ser más amarillo y friable, a menudo con calcificaciones focales.
Antes del cierre se debe verificar que no haya perforación pleural mediante la colocación de agua sobre la herida y maniobra de Valsalva asistida por anestesista.
La herida se cierra por planos: primero pericondrio, luego fascia muscular, músculo pectoral, tejido celular subcutáneo y, por último, piel, dejando un dispositivo de drenaje penrose en el lecho para que drene el material serohemático durante las siguientes 24 h.
El uso de injertos de material extraño dentro del tabique suele producir altas tasas de rechazo con el tiempo, sin embargo, estudios recientes sobre el polietileno poroso podrían demostrar que este material aloplástico puede utilizarse con éxito en la zona del tabique o de la válvula nasal en determinados casos cuando el cirujano sigue, por consiguiente, varias reglas, a saber, cubrir meticulosamente todo el material extraño con tejido sano.