“Si el doctor abre un absceso con un cuchillo de   
de bronce y mata al paciente o le priva de la vista,
se le cortarán las manos”
         Ley Babilónica
 
 
 
   Anatómicamente, el sistema del equilibrio está compuesto por una serie de órganos sensoriales y de centros neurales que relacionados entre sí, conforman la unidad funcional del sistema. Este sistema constituye una unidad funcional esta formado por diferentes partes anatómicas y cada parte puede ser estudiada, más o menos, de forma separada:
 
      Sistema Nervioso Central.
      Troncoencéfalo - Cerebelo.
      Sistema vestibular.
      Sistema visual.
      Sistema propioceptivo, cinestésico y táctil.
      Vías neurales de interconexión.
      Sistema musculoesquelético.
   
    En este tema se describe la anatomía e histología del órgano vestibular y de los otros dos receptores visual y propioceptivos que emiten su información a los órganos del sistema de integración y regulación situados en el tronco cerebral.  Igualmente se describen las conexiones nerviosas que llegan a los núcleos basales y al tálamo para interconectar con el córtex vestibular.
    
   Reseña histórica.
   Durante mucho tiempo se consideró que el equilibrio Y sus trastornos radicaban en el encéfalo exclusivamente.
   Hasta la época del renacimiento italiano, el laberinto y toda la estructura del oído interno fue considerada como una de las partes más ocultas del cuerpo para la ciencia médica. Galeno 200 a.c. consideró que era insondable y lo comparó con un laberinto, creyendo que estaba lleno de aire.
   Hasta la época de Vesalius las disecciones anatómicas estuvieron prohibidas por la Iglesia Católica. Con el Renacimiento aparecen las primeras descripciones anatómicas cuando el papa Sixto IV autorizó oficialmente usar disecciones para la enseñanza de la anatomía mediate bulas o permisos. Ahora bien, fue Clemente VII, quién además de excomulgar a Enrique VII, permitió de forma oficial ayudar a la enseñanza de la anatomía mediante la disección de cadáveres. Esta autorización abrió el camino para una revolución anatómica dirigida por Andreas Vesalius y que plasmó en su tratado de site volúmenes "De humanis Corporys Fabrica". Tres contemporáneos suyos, Gabriel Falloppio (1523-1562), Giovanni Ingrassia (1510-1580) y Batolomeo Eustachio (1510-1571), fueron los primeros en hacer descripciones detalladas del laberinto y de los CS. Las ilustraciones y esquemas anatómicos de estos tres autores fueron tan detalladas y completas que dejaron ya poco por hacer a los anatomistas que les sucedieron.
 
   No se publicaron nuevos datos de relevancia sobre la anatomía laberíntica hasta la llegada del microscopio. Domenico Cotugno de Nápoles (1736-1822) con la ayuda del microscopio y algunos otros avances científicos de la época, realiza una descripción anatómica más exhaustiva del aparato vestibular y lo comunica en su tratado De Aquaeductibus Auris Humanae Internae Anatomica Dissertatio. Describe el acueducto coclear y vestibular y la existencia de líquido en el interior del oído interno. Señaló la existencia de un acueducto que conecta el laberinto con un pequeño saco membranoso adyacente a la duramadre, que denominó cavitas aquaeductus mebranae, conocido hoy como saco endolinfático.
 
   A finales del siglo XVIII los trabajos anatómicos llegan a un conocimiento casi completo de la anatomía del laberinto óseo. En cuanto al laberinto membranoso fue el italiano Antonio Scarpa (1752-1832) quien describió la anatomía correcta del laberinto membranoso en su obra Disquisitiones anatomicae de auditu et olfatu. Además de una completa descripción de todo el laberinto membranoso, observó que estaba lleno de un liquido que fue denominado liquido de Scarpa o endolinfa.
 
    Por tanto, a comienzos del siglo XIX el conocimiento anatómico del laberinto posterior era casi completo, pero no así su fisiología.