• Laberintitis circunscrita: fístula laberíntica.
  • Laberintitis serosa o tóxica.
  • Laberintitis supurada.

                                

   Se define como la inflamación de la región laberíntica en el contexto de un proceso infeccioso agudo o crónico del oído medio que penetra hacia el laberinto a través de la ventana oval, la ventana redonda,  y por la cápsula ótica a los CS, fundamentalmente por el CSE. Puede aparecer como consecuencia de OMA, de OMC colesteatomatosa, o tras la cirugía del oído. Ha sido definida como la otitis interna.

   Es una complicación que, a pesar de lo que ha avanzado la otología, no ha desaparecido, por lo que se aconseja vigilar la función laberíntica en los oídos otorréicos ante su eventual aparición. Acostumbra a ser el primer paso a ulteriores complicaciones meningoencefálicas y deja siempre una pérdida auditiva sensorial definitiva.

   Además de la etiología otógena, la laberintitis puede tener su etiología en una meningitis cerebroespinal o piógena (laberintitis meningógena), en una infección diseminada por vía hemática (sarampión) y en traumatismos accidentales o quirúrgicos.

   El diagnóstico de la laberintitis, como complicación de una otitis, es clínico, basándose en la coexistencia de síntomas clínicos de laberintitis con alteración o ausencia de las funciones vestibulares y cocleares, junto a signos de OM.

   

   

  LABERINTITIS CIRCUNSCRITA: FISTULA LABERINTICA.

   Es la comunicación anormal entre el oído interno y el oído medio. También es conocida como laberintitis crónica, perilaberintitis, o fístula laberíntica.

   Esta complicación es específica de la OM colesteatomatosa y se produce por erosión de la cápsula ótica del laberinto con exposición del endosito e irritación laberíntica. Se calcula que el 10% de los colesteatomas producen fístulas.

   Las fístulas laberínticas como complicación de una OM no colesteatomatosa son muy raras.

 

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