• Diagnóstico de la enfermedad de Menière.
  • Estadios evolutivos.
  • Evaluación de los resultados del tratamiento.
  • Evaluación de la discapacidad en la EM.

            

  

      La AAO-HNS, a través de su Committee on Hearing and Equilibrium, es la sociedad que ha mostrado más interés por alcanzar consensos sobre estos asuntos en la EM. Ha propuesto una serie de clasificaciones, estadiajes y guías que son seguidos por la mayoría. Estas propuestas han evolucionado desde 1972 a 1985 y 1995. Se han creado escalas para clasificar el diagnóstico, los resultados del tratamiento y el grado de handicap e invalidez que la enfermedad supone. Sin embargo, para muchos autores no parece que el empleo de estas escalas sea imprescindible para valorar la situación clínica de estos pacientes.

  

  

   DIAGNOSTICO DE LA ENFERMEDAD.

   El capítulo del diagnóstico ya se ha expuesto la escala de diagnóstico de la AAO-HNS y se ha comentado otras escalas propuestas por otros autores.

  

  

   ESTADIOS EVOLUTIVOS.

   El grado de incapacidad de la enfermedad va cambiando según su estadio evolutivo y como norma general mejora a lo largo de la enfermedad.

   Se han realizado diversas propuestas:

   AAO-HNS. Debido a que la hipoacusia es la variable que se puede cuantificar más exactamente y a que su evolución suele ser paralela a la de la enfermedad, en 1995 la AAO, utiliza los niveles auditivos para establecer la severidad de la enfermedad. Distingue cuatro estadios de acuerdo con el promedio del umbral auditivo tonal en las frecuencias 500, 1000, 2000, y 3000 Hz., debiendo de realizarse también audiometría verbal. Como luego se expone, estos estadios pueden ser útiles para establecer grupos al comparar la eficacia de un tratamiento. Cambios de 10 o más dB en la audiometría tonal y de 15% o más en la discriminación de la audiometría verbal se consideran significativos.

   Con respecto al vértigo lo valora en un período concreto de acuerdo con la frecuencia de las crisis del mismo, no tiene en cuenta la curación de las crisis y utiliza la escala de afectación funcional e incapacidad para representar globalmente la repercusión del vértigo en las actividades personales diarias y en la vida social y laboral:

   1.  El vértigo no afecta en nada a la vida diaria.

   2. Cuando aparece el vértigo el paciente ha de cesar en su actividad diaria en ese momento, luego puede continuar normalmente y no obliga a cambiar los planes o actividades.

   3. Situación similar a la 2, pero ya obliga a cambiar algunos planes de vida.

   4. Puede desarrollar mi vida habitual pero con un gran esfuerzo y constantemente se han de reajustar o cambiar planes de las diversas actividades.

   5.   No puede trabajar, conducir ni mantener una familia. El paciente es incapaz de realizar la mayoría de sus actividades, incluso hay limitaciones para actividades esenciales. El paciente está incapacitado.

   6.     Baja laboral, al menos durante un año y está recibiendo compensación económica por la enfermedad.

   Esta es la clasificación más utilizada.

 

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