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Radioterapia.
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Braquiterapia intracavitaria .
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Quimioterapia.
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Cirugía.
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Planificación del tratamiento por estadios.
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Pautas de seguimiento.
En cada caso de CNF se ha de valorar la posibilidad de como utilizar los siguientes procedimientos:
- Radioterapia.
- Quimioterapia.
- Cirugía.
Son tumores radio y quimiosensibles. El tratamiento de primera intención, tanto para el tumor primario como para las metástasis linfáticas del cuello, es la radioterapia a dosis elevadas con quimioterapia. En los últimos años ha aumento el interés por la QT y por los tratamiento combinados radio-quimio, en un intento de mejorar los resultados terapéuticos de supervivencia.
La cirugía tiene un papel poco destacado en estos tumores, debido a las dificultades técnicas que conlleva su localización anatómica y a la frecuente afectación ganglionar, estando reducidas sus indicaciones en la práctica a la cirugía de los ganglios cervicales y a la cirugía de rescate nasofaríngeo en los casos de lesiones residuales tras la RQ en tumores en estadios I y II.
El índice de metástasis es muy alto y la supervivencia a los 5 años es pobre, si bien en los últimos años ha mejorado.
RADIOTERAPIA.
Los CNF son tumores muy radiosensibles, por lo que siempre se ha de administrar RT, en todos los estadios y tipos histológicos. El objetivo fundamental a la hora de planificar un tratamiento radioterápico, es conseguir un buen control locorregional de la neoplasia sin efectos secundarios.
La RT, según cada caso, puede administrarse de forma local y locorregional. La dosis de RT y los márgenes del campo se ajustan individualmente a la ubicación y tamaño del tumor primario y ganglios linfáticos.
Aunque la mayoría de los casos se tratan exclusivamente con RT de haz externo (EBRT, por sus siglas en inglés), en algunos casos, ésta se puede reforzar mediante implantes intracavitarios o intersticiales, o también con el uso de radiocirugía estereotáxica cuando existe pericia clínica y la anatomía es adecuada. Una revisión de resultados clínicos publicados sobre RT radical para cáncer de la cabeza y cuello sugiere una pérdida significativa de control local cuando la administración de RT fue prolongada; por lo tanto, no es conveniente, siempre que sea posible, alargar los programas normales de tratamiento.
El volumen blanco de irradiación es el mismo independientemente de la histología tumoral. Los campos deben de incluir nasofaringe y tejidos blandos circundantes, base de cráneo adyacente, ganglios retrofaríngeos, cadenas cervicales anterior y posterior y habitualmente también las fosas supraclaviculares. Las cadenas glanglionares cervicales hasta la fosa supraclavicular han de ser tratadas aunque no haya adenopatías palpables.