• Evolución de la herida.
  • Tratamiento médico postoperatorio.
  • Cuidados higiénico – dietéticos.
 
   Concluida la amigdalectomía por disección, unos 5 minutos después de explorar por última vez los lechos quirúrgicos de las fosas amigdalinas, el paciente es extubado.
   Una vez en la sala de reanimación se realizará vigilancia postoperatoria durante al menos una hora.
   En los niños durante el postoperatorio inmediato el paciente se ha de colocar en decúbito lateral, o mejor en semidecúbito ventral, en posición de Trendelenburg modificada, con el fin de que pueda expulsar con facilidad las secreciones de la boca-faringe, pudiendo ayudarle con algunas aspiraciones sin tocar el lecho quirúrgico con la cánula de aspiración.
   Después, el paciente vuelve a la unidad de hospitalización y recibe el alta a las 24-48 horas en función de su estado clínico y de la costumbre del cirujano.
   No se comienza una dieta líquida hasta pasadas 5-6 horas cuando el paciente esté ya completamente despierto y con buenos reflejos. En los niños, para evitar el ayuno muy prolongado, si el caso lo permite, se puede empezar un poco antes. La alimentación se inicia por líquidos fríos.
    Alta hospitalaria: el criterio ha de ser individual valorando como haya transcurrido el acto quirúrgico y el curso postoperatorio inmediato, proximidad del domicilio, grado de dolor, etc.  La actitud general consiste en mantener hospitalizado al niño la noche posterior a la intervención, dándole de alta al día siguiente después de la visita del cirujano y del anestesista.
   En  un 1,3% de los pacientes el cirujano se ve obligado a retrasar el alta hospitalaria pudiendo estar motivado el retraso por diferentes circunstancias: vómitos, dolor y hemorragia postamigdalectomía inmediata, son los motivos más frecuentes; con menor frecuencia pueden presentarse otros: lesión vascular, enfisema subcutáneo, trombosis de la vena yugular, subluxación atloaxial (síndrome de Grisel), trastornos del gusto (hipogeusia, ageusia , disgeusia y pantogeusia) y dolor persistente en el cuello (síndrome de Eagle).
   Un 3´9% de los amigdalectomizados van a requerir una nueva hospitalización por complicaciones secundarias.
 
 
   EVOLUCIÓN DE LA HERIDA.
   La amigdalectomía produce una herida abierta que tendrá una consecuencia inflamatoria y que ha de cicatrizar por segunda intención. La herida de la amigdalectomía no es comparable a ninguna otra de la cirugía general (quizás la de la prostatectomía): asienta en un medio líquido, lo que no facilita una pronta cicatrización  y está expuesta a los reflejos faríngeos y tusígeno, vómitos y deglución.
   Una vez realizada la herida que supone la amigdalectomía con el daño sobre el tejido submucosos y vasos, los primeros fenómenos que se producen a este nivel están encaminados a producir la hemostasia: espasmo vascular, activación de la cascada de la coagulación y activación plaquetaria con liberación de mediadores quimiotácticos y vasoactivos.
   A continuación se inicia un proceso inflamatorio de la herida encaminado a su reparación y a evitar que se infecte (ver capítulo 36.2ª.07: La inflamación). La inflamación va ser en gran parte la productora de las molestias dolorosas de estas heridas.
  El proceso comienza por una vasodilatación con incremento de la permeabilidad vascular que propicia la extravasación de leucocitos que realizar un proceso de limpieza que dura unos tres o cuatro días y la herida se cubre de una membrana fibrosa blanquecina. Tras la fase de limpieza comienza por debajo de la membrana fibrosa el proceso de granulación o reconstrucción del área dañada para lo que entran en función neutrófilos, macrófagos y sobre todo  el fibroblasto. Los granulocitos y las plaquetas continúan segregando en este tiempo factores de crecimiento de ellas mismas y de fibroblastos. También se segrega histamina y heparina, sustratos liberados sin importar la calidad de la señal desencadenante, esto es, la herida, pero con un marcado efecto irritante sobre fibras nerviosas y terminaciones sensitivas. Desde el punto de vista flogístico tanto la disección como la electrocoagulación utilizadas para la amigdalectomía son dos maniobras con consecuencias inflamatorias que acumulan intensidad de respuesta celular y de liberación de sustratos. El dolor aumenta en magnitud y extensión al tratarse de territorios de inervación muy sensitiva, con proximidad a la musculatura implicada en la fase oral de la deglución, y considerable vascularización sistémica a escasos milímetros.
   A medida que avanza la cicatrización de la herida, la mucosa periférica va cubriendo el tejido de granulación, durando este proceso unas tres semanas.
 
 
   TRATAMIENTO MÉDICO POSTOPERATORIO.
 
Analgesia.