Es un canal osteocartilaginoso, formado por segmento externo de  cartílago y otra parte interna formada por hueso. Tiene su origen en un orificio externo, denominado meato auditivo externo, que está situado en el fondo de la concha del PA. En su fondo, en su parte más profunda, está ocluido por la membrana del tímpano, acabando en fondo de saco.
   A pesar de que su trayecto es algo sinuoso, constituye una vía excelente para el abordaje exploratorio y quirúrgico de la caja del tímpano.
 

  

   FORMA.

   Está constituido por un cilindro transversal que no es rectilíneo, sino sinuoso, forma de S. En el conjunto de la cabeza adopta una dirección oblicua de atrás hacia adelante y de fuera hacia adentro. Su forma varia mucho según los individuos. Las incurvaciones del CAE se deben en gran parte a la adaptación de sus dos partes constitutivas, cartilaginosa y ósea.

   En su trayecto se contornea un poco sobre sí mismo, de tal forma que en su parte más profunda la pared anterior se va haciendo poco a poco antero-inferior. formando una concavidad inferior. Los cortes perpendiculares a su eje tienen forma elíptica, con un eje tanto más inclinado sobre la horizontal cuanto más profundo sea el corte.

   Su trayecto en el plano horizontal es sinuoso, en forma de S itálica, debido a que ambas partes del conducto, cartilaginosa y ósea, al unirse, forman un ángulo abierto hacia delante. Esto hace que la pared anterior forme una prominencia en el interior del conducto. Esta prominencia hace de referencia para dividir el conducto en tres segmentos y dos codos. La porción o segmento externo tiene dirección oblicua hacia delante y hacia fuera. La porción media se dirige un poco hacia atrás y se corresponde con la parte interna de la porción cartilaginosa del conducto y con la parte más externa de la porción ósea. La porción o segmento interno se dirige hacia dentro, hacia delante y hacia abajo.

   Su trayecto en el plano vertical describe una curva convexa hacia arriba. La mitad externa es casi horizontal y la mitad interna es oblicua hacia abajo y hacia dentro. Meato externo y membrana timpánica están casi al mismo nivel.

   En la parte final y más profunda del CAE, la pared inferior forma con la membrana timpánica, inclinada en el mismo sentido, un ángulo abierto hacia arriba y hacia fuera, delimitando un receso conocido con el nombre de seno del conducto auditivo externo.

                          

                                                 

   DIRECCIÓN.

   El eje mayor del conducto es oblicuo de afuera hacia dentro y de atrás hacia delante. No es rectilíneo, sino contorneado, describiendo sinuosidades en sentido horizontal y vertical simultáneamente.

   En un corte horizontal del CAE se observa que se dirige primero hacia dentro y hacia delante, después hacia dentro y hacia atrás y finalmente hacia dentro y hacia delante. Estos tres segmentos se continúan el uno con el otro formando dos codos muy redondeados. El codo más profundo está situado un poco por dentro de la unión de las porciones ósea y fibro-cartilaginosa del conducto.

   En un corte vértico-transversal se ve que el conducto primero es casi horizontal y se inclina enseguida hacia abajo y hacia adentro. Así, examinado en un corte vertical describe una curva convexa hacia arriba, o de concavidad mirando hacia abajo y hacia atrás.

   Forma con el plano sagital un ángulo de 80º abierto hacia atrás. El eje longitudinal del CAE es casi una prolongación del eje del CAI. Los dos ejes forman un ángulo obtuso de unos 160º abierto hacia atrás.

 

   LONGITUD.

   En el adulto mide entre 22 y 30 mm. (Testy), de los que unos 16 mm. corresponden a la porción ósea.

   Al estar el tímpano situado en posición oblicua, inclinado hacia abajo y hacia adentro, hace que la pared inferior sea unos 5 a 6 mm. más larga que la superior.

 

   CALIBRE.

   Es muy variable individualmente, lo que obliga a disponer de otoscopios de diferentes calibres para la exploración del CAE. Además, a lo largo de su recorrido va variando, primero va disminuyendo  progresivamente de fuera hacia adentro hasta la unión de los tres cuartos externos con el cuarto interno, punto que se considera como el istmo del CAE. Después, a partir del istmo, de nuevo el calibre aumenta hasta el tímpano. El segmento más estrecho o istmo está situado en la parte ósea del conducto, siendo la distancia media del istmo desde la apertura del canal es de 9,53 mm. A pesar de las variaciones individuales de las medidas del CAE, esta es una de las medidas que menos varia.

   Si bien el diámetro varia según los individuos y según las diferentes partes del recorrido del CAE, se considera como diámetro de altura media unos 8-10 mm. y como diámetro transversal unos 4-9 mm.

 

   ESTRUCTURA.

   El CAE en su recorrido es fibrocartilaginoso en su tercio externo y óseo en el resto de su recorrido hasta el tímpano. Está tapizado por una capa epidérmica que es una prolongación de la piel del PA.

 

   - Porción fibrocartilaginosa.

   Esta parte más externa es una prolongación de la armadura cartilaginosa del PA. Está formada por dos semitubos, pegados por sus bordes y opuestos, el inferior es cartilaginoso y el superior fibroso.

 

   La parte cartilaginosa está formada por el cartílago del conducto auditivo que es una prolongación del cartílago de la oreja y ocupa la parte anterior e inferior del conducto, es cóncava hacia arriba. Está  formada por una prolongación hacia adentro del cartílago de la concha del PA y constituye el armazón cartilaginoso de la pared postero-inferior del meato auditivo externo. En su recorrido presenta algunas lagunas cartilaginosas rellenas de tejido fibroso.

   El trago por su parte también se prolonga hacia el interior del CAE formando su pared anterior.

   El cartílago auricular y la lámina cartilaginosa del trago están unidos por un puente estrecho de cartílago denominado istmo del cartílago auricular. El trago es una prolongación del cartílago auricular que se va enroscando para formar el orificio externo del CAE, estando unidos abos, cartilago auricular y trago, por el istmo. Pero el trago en el otro extremo no completa la circunvalación cartilaginosa del CAE ya que en su parte superior no llega a hacer contacto con el resto del cartílago del pabellón quedando entre ambos una separación que forma una hendidura profunda en el conjunto del cartílago auricular denominada escotadura anterior de la oreja o incisura terminal de Schvalbe. Está escotadura está delimitada en su parte superior por la espina del hélix y el borde anterior de la concha, por su parte anteroinferior por el relieve cartilaginoso del trago. El espacio que forma esta solución de continuidad en el cartílago se denomina espacio intertrago-helicino que está relleno de tejido fibroso y constituye un espacio de abordaje quirúrgico para las vías endaurales. Este tejido conectivo fibroso denso se adhiere a la porción escamosa del hueso temporal y se continua con el periostio del canal óseo medialmente. 

   La porción fibrocartilaginosa presenta en su cara o pared anterior dos soluciones de continuidad en el espacio intertrago-helicino. Este espacio está relleno de tejido fibroso y constituye un espacio de abordaje quirúrgico para realizar vías endaurales. orma de incisuras  o hendiduras bastante anchas, una medial y la otra lateral. Discurren desde el suelo cartilaginoso del CAE hasta el borde anterior y superior del canal fibroso en techo de la entrada del meato. Están rellenas de tejido fibroso. Se denominan incisuras de Santorini, incisuras del meato acústico o incisuras de Duverney. Su función es  dar al CAE la flexibilidad y amplitud de movimientos que tiene su porción fibrocartilaginosa. Estas incisuras permiten que una posible infección del CAE pueda propagarse hacia la glándula parótida

 

   La porción fibrosa, cóncava hacia abajo, completa por delante y por arriba la pared del conducto. Internamente se inserta en la parte superior del orificio de entrada del conducto óseo. Se continua a los ligamentos que unen el trago al hélix y en su parte superior con el ligamento posterior de la oreja.

 

   - La porción ósea.

   Está escabada en el hueso temporal y comprende los dos tercios más internos del conducto, unos 16 mm.

  El hueso temporal consta de tres partes: escamosa, mastoidea y petrosa. Pero algunos anatomistas para poder hacer una mejor descripción del mismo consideran dos partes más: porción timpánica y porción estiloidea, diferenciando un total de cinco partes.

   El conducto óseo está situado anteriormente a la apófisis mastoides y debajo de raíz longitudinal del cigoma. Está compuesta por tres huesos: temporal, mastoides y hueso timpánico.

   La parte superior o techo y parte superior de la pared posterior está está formada por porción escamosa del temporal, más concretamente por la parte más inferior que es la apófisis  cigomática; con forma con concavidad hacia abajo lo forman el tubérculo cigomático posterior o tubérculo articular y la raíz longitudinal del cigoma. Esta superficie una superficie es de unos 8-10 mm en la entrada del conducto y luego se va haciendo más estrecha por dentro hasta unos 2-3 mm.

   La apófisis mastoides contribuye en menor grado a la formación de la pared posterior del conducto con su porción escamosa.

   El hueso timpánico también se le denomina timpanal. Es un parte del hueso temporal embrionariamente distinto en su desarrollo de las otras porciones de este hueso. Tiene forma de U o de un anillo abierto en su parte superior por lo que también se denomina anillo timpánico. Completa el conducto formando un desfiladero de concavidad superior, formando la pared anterior, el suelo y parte de la pared posterior del CAE óseo. Su unión en la parte superior con escama forma la sutura escamoso-timpánica y en la parte posterior con la mastoides forma la sutura tímpano- mastoidea. Su borde medial se fusiona con el hueso petroso y su borde externo sirve de fijación al fibrocartílago del CAE. No siempre constituye un anillo incompleto, sino que en algunos casos es un auténtico cilindro óseo. El orificio óseo externo está formado por el hueso timpánico, que por delante es muy delgado y por detrás más espeso y rugoso. A nivel del ángulo póstero-superior presenta una lámina curvilínea que es la espina de Henle.

 

   - Piel.

   El CAE está tapizado de un recubrimiento epidérmico en toda su superficie que es prolongación de la piel del PA. En el fondo se continua con la capa externa de la membrana del tímpano. Presenta diferencias en cuanto a su consistencia y espesor según las distintas zonas del CAE. Está fuertemente adherido a las paredes, particularmente a nivel de las suturas.

   En la porción externa fibrocartilaginosa la piel es gruesa con un pequeñísimo almohadillado de tejido adiposo y presenta finos pelitos. Con un buen microscopio pueden visualizarse en esta zona las marcas de poros en la piel, diferenciándose claramente de la piel de la porción ósea que no presenta marcas de poros y es lisa.

   La piel de la porción fibrocartilaginosa del CAE posee dos tipos de glándulas, sebáceas y sudoríparas, que drenan en la raíz de los folículos pilosos o al lado de los mismos. La dermis contiene glándulas sebáceas y en el tejido subcutáneo hay glándulas sudoríparas holocrinas especiales, denominadas ceruminosas.

   Las glándulas sudoríparas normales del resto del cuerpo segregan sudor y son ecrinas, sin embargo las del CAE son de tipo apocrino, como las de la axila, y están en parte bajo control hormonal sexual, estando desarrolladas al máximo en la pubertad y atrofiándose con la edad. Son muy voluminosas de 0´2 a 1 mm de diámetro, situadas formando una corona, particularmente espesa en torno al meato, alcanzando unos 4-5 mm, existiendo unas 1000 o 2000.

   Las sebáceas son como las del resto del cuerpo. En el capítulo 09.03 al tratar sobre los tapones de cerumen se expone ampliamente la fisiología de esta piel.

   En la pared ósea la piel es lisa, delgada, seca, íntimamente adherida al periostio y se va haciendo más delgada según se aproxima al tímpano. En esta porción no hay glándulas ni vellos.

 

 

   DESCRIPCIÓN DE LAS PAREDES DEL CAE.
 
   - Pared anterior, o témporo-maxilar. Se relaciona de forma inmediata con la articulación temporomandibular y con la parótida. En la parte más profunda del conducto, articulación y conducto están separadas por la delgada lámina del hueso timpánico, que puede llegar a ser dehiscente, y por un tejido celular graso.
   En la parte más externa, fibrocartilaginosa, del conducto, entre cartílago y articulación, puede introducirse una prolongación parotídea, en la parte inferior de la pared. Por encima de esta prolongación, articulación y conducto están tan solo separadas por una capa de tejido célulo-adiposo.
   La relación entre conducto y articulación a través de esta pared son tan estrechas, que los movimientos del cóndilo pueden ser perceptibles en la porción cartilaginosa del conducto al empujar el cóndilo hacia la luz del conducto.
   siendo la parte anterior de la caja la que suele ofrecer peor visión debido a la prominencia que supone el cuerno timpánico anterior.
             
   - Pared posterior, o mastoidea, corresponde al borde anterior de la apófisis mastoides que en su parte más profunda forma parte del macizo del NF y de las celdas perifaciales. Esta separada de las celdas mastoideas por un tabique óseo de espesor variable. Este tabique posee finos canalículos vasculares que comunican las celdas con el conducto.
   La tercera porción del acueducto de Falopio desciende por la parte interna de este macizo óseo. Este muro óseo sirve de protección al acueducto: es el muro de Gellé. A este nivel el NF desciende vertical y ligeramente hacia fuera. En razón de esta oblicuidad opuesta al tímpano, la pared posterior del CAE establece relación con la mitad inferior del acueducto de Falopio. El espesor del hueso que separa el NF del ángulo póstero-inferior del conducto óseo, en su porción más interna, es de 3-4 mm. Al realizar la cirugía de esta pared hay que tener en cuanta que en algunos casos el facial puede presentar un curso lateral o anterior al ánulus timpánico, especialmente toma esta posición en el cuadrante posteroinferior.
 
   - Pared superior, o craneal. Se relaciona topográficamente con la fosa cerebral media. Por fuera, en su segmento condro-membranoso, se relaciona con los tegumentos de la región temporal inmediata subyacente. Más internamente, en su porción ósea, con la fosa craneal media. Entre las dos corticales hay cavidades neumáticas más o menos desarrolladas, sobre todo en su parte más interna, y a este nivel algunas de estas celdillas pueden abrirse en el ático.
 
   - Pared inferior, o parotídea. Está en relación con la glándula parótida cuya cápsula está adherida al pericondrio. El CAE no se adhiere al tejido glandular pues en esta zona falta la aponeurosis que reviste la celda parotídea. Como ya se ha explicado, en la forma del CAE, la parte más interna o profunda de esta pared se dirige hacia abajo y desciende mucho, formando con el tímpano una depresión: seno del CAE, o seno pretimpánico.
 
 
   VASCULARIZACIÓN E INERVACIÓN.
 
   - Arterias.
   La vascularización arterial del CAE proviene de la carótida externa. La porción cartilaginosa esta irrigada por ramos de las arterias auriculares anteriores, de la arteria auricular posterior, de la temporal superficial y por algunos ramos parotídeos.
   La porción ósea está vascularizada por ramas de la arteria estilo-mastoidea, de la timpánica anterior y de la auricular profunda. La arteria auricular profunda es rama de la maxilar interna, pasa a través del espesor de la parótida y por de la articulación témporo.mandibular alcanza la cara interna del CAE. Estas ramas llegan hasta la piel a través del hueso timpánico y de las incisuras.
 
   - Venas.
   Pueden ser divididas en dos grupos: anteriores y posteriores. Las anteriores terminan en la vena temporal superficial y en un rico plexo periauricular témporo-maxilar. Las posteriores forman las venas auriculares posteriores.
 
   - Linfáticos.
   Drenan en los mismos ganglios linfáticos que las correspondientes porciones del PA.
 
   - Nervios.
   El CAE posee una exquisita sensibilidad siendo su inerrvación compleja y en algunos territorios los diferentes nervios se solapan.
   Por la unión cartílago-ósea penetra una rama del NF que es la rama sensitiva para el CAE, que se expuso ampliamente en el capítulo anterior.
    El nervio aurículotemporal (rama del  mandibular del trigémino), además de dar sensibilidad a una parte del pabellón, la da igualmente a las paredes anterior y superior del conducto y a la porción anterior de la membrana timpánica.
    Las parades posterior e inferior del conducto son inervadas por los pares cranéales VII, IX y X a través de la rama auricular del vago o nervio de Arnold. El nervio de Arnold nace del ganglio superior del vago y en su recorrido enseguida se une a una rama desprendida del ganglio petroso del glosofaringeo; luego penetra en el hueso temporal y llega al conducto de Falopio donde recibe una rana del NF; un poco por encima del agujero estilomastoideo el mervio de Arnold originado en el vago junto las ramas recibidas del glosofaringeo y del vago  se introducen  por la fisura timpanomastoidea dividiendose en dos ramas: una que se une al nervio auricular posterior y otra que se distribuye por la cara posterior del PA y la pared  posterior del CAE.
   Esta inervación tan compleja interviene en fenómenos clínicos como la otalgia referida desde otras estructuras de la cabeza y el cuello y el inicio de la tos durante la manipulación del CAE al limpiarlo. 
 
 
 
    EL CAE DEL NIÑO.
   De los tres huesos que unidos forman el hueso temporal, peñasco, escama y hueso timpánico, este último en el recién nacido se encuentra menos desarrollado que los otros dos, estando constituido por un simple arco óseo.
   Al nacimiento, el CAE es por tanto fundamentalmente membranoso faltando la porción ósea. Comparado con el del adulto, el CAE del niño tiene unas dimensiones desproporcionadas en relación con las dimensiones de los huesecillos y del laberinto. En cuanto a su dirección es, muy oblicuo hacia abajo y hacia adentro, y en general es menos acodado que el del adulto. El conducto óseo no está formado hasta el año. En el niño más mayor el conducto va horizontalizándose y es corto, pero relativamente ancho.
   La formación del conducto óseo se realiza solamente por el crecimiento, desde fuera, de la porción escamosa del temporal, y desde dentro del anillo timpánico, cuyas dos porciones avanzan hasta encontrarse. Después de un desarrollo de variable rapidez, las partes en crecimiento se encuentran y se adaptan una con otra, no exactamente, sino dejando a menudo, al comienzo del segundo año de vida, una abertura o laguna de osificación, situada en la parte antero-inferior del conducto, que al principio es de las dimensiones de un hueso de cereza, y que puede persistir hasta el quinto año, quedando por excepción como defecto persistente. Cuando esta zona queda sólo recubierta por la piel del CAE, puede esta solución de continuidad constituir una zona de menor resistencia para la propagación de infecciones desde el oído externo a la región preauricular.

 

 
 

 

 

 

 

 

 

 

           

                        

   

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