El PA juega un indiscutible función en la audición, aunque su función no sea muy relevante. Así, por ejemplo, las amputaciones ccidentales del mismo disminuyen la agudeza auditiva, calculándose que en tales casos se produce una pérdida auditiva que no supera los 15 dB. Sus funciones son de considerable importancia en ciertos animales con orejas móviles y amplias, pero es poco significativa en el hombre.
- Función de captación, vehiculización y refuerzo de las ondas sonoras.
El PA capta y canaliza las ondas sonoras hacia el CAE. El CAE conduce las ondas sonoras que ingresan en él hasta el tímpano. Su tolerancia a los estrechamientos de calibre es notable y mientras que quede una luz mínima, casi filiforme, la transmisión sonora es normal.
La obstrucción total de la luz del conducto, o su falta, como ocurre en la agenesias del mismo, ocasiona una hipoacusia de hasta 60 dB. Cualquier hipoacusia que exceda de esa intensidad no puede ser exclusivamente conductiva, sino que tiene forzosamente un componente perceptivo.
- Función amplificadora.
El pabellón y sus circunvoluciones hacen que la sensibilidad a los sonidos de frecuencia alta varíen considerablemente según la orientación de la fuente sonora y de la frecuencia del sonido, es decir, que no transmite por igual todas las frecuencias.
El CAE constituye una cámara o tubo de resonancia que aumenta la presión de las ondas sonoras, transformando las ondas sonoras esféricas en planas. Esta amplificación que realiza el CAE, aumentando el nivel de presión acústica, varia con el ángulo de incidencia de las ondas sonoras. Esta amplificación es máxima cuando la onda es emitida lateralmente al eje del CAE y si bien la amplificación se realiza en todas las frecuencias es mayor en las comprendidas entre 2 y 7 KHz (múltiplos de la longitud del CAE), especialmente en la 3000 Hz donde se alcanza una ganancia de entre 10 a 20 dB con relación a las frecuencias inferiores.
- Función localizadora.
En los mamíferos con PA móvil, éste tiene una importante función en la focalización del sonido para las frecuencias agudas, en el hombre debido a su inmovilidad no puede orientarse siguiendo el eje de la emisión sonoro, por lo que esta función es mucho menor. Sin embargo, cuando una fuente sonora está situada detrás del oído, la interferencia entre la onda directa y la onda difractada por el borde del PA produce una ligera disminución de la intensidad para las frecuencias entre 3 y 6 Hz. Por tanto las circunvoluciones del PA tienen una función de localización de la fuente sonora. El espectro y por tanto el timbre pueden variar con la localización de la fuente.
Para localizar rápidamente los sonidos el hombre sustituye la falta de movilidad del PA con una rotación inconsciente de la cabeza en el sentido que más favorezca la penetración de la onda sonora en el oído, por tanto, muchas veces los movimientos cefálicos buscan una mejor audición y una localización del sonido.
Otro efecto que ayuda a la localización es que el hecho de poseer dos orejas separadas por la cabeza, que se comporta como una pantalla acústica, hace que el sonido llegue a ambos oídos con una diferencia temporal y de fase, lo que sirve para localizar el sonido en el plano horizontal.
- Función en la audición biaural.
Diferenciación de los tiempos interaurales: la localización de los sonidos depende de la diferenciación en los tiempos de llegada de la onda sonora a cada uno de los dos oídos. A este fenómeno se denomina diferencia de tiempos interaurales. La diferencia de tiempos interaural máxima es aproximadamente igual a la distancia entre los dos oído dividida por velocidad del sonido, o sea que es igual a 0¨673 mseg en el hombre para cualquier frecuencia, siendo nula para una fuente sonora situada de cara y es máxima para una fuente situada en un solo lado.
La diferencia de intensidad interaural depende de la frecuencia. Para las frecuencias bajas cuando la intensidad del sonido es grande con relación al diámetro de la cabeza la diferencia de intensidad interaural es inexistente. Para las frecuencias altas, aunque la intensidad sea baja, se notan diferencias superiores a 20 dB. Es el denominado efecto de sombra de la cabeza.
La binauralidad mejora la percepción del sonido en alrededor de 8 dB con respecto a las situaciones de audición con un solo oído.
Las funciones no auditivas del oído externo ayudan a mantener la estabilidad del entorno del CAE, especialmente en su parte más profunda adyacente a la membrana timpánica ante una amplia variedad de circunstancias climáticas y de otro tipo.
La más imporante es su función protectora que realiza mediante su forma sinusoidal, sus pelos y la secreción de sus glándulas de cerumen. Controla el exceso de humedad,
El cerumen es principalmente un material que contiene lípidos. Está producido por las glándulas ceruminosas o apocrinas modificadas de la porción lateral del CAE. En circunstancias normales, el cerumen que se produce en el CAE suele transportarse lateralmente a lo largo de la pared del conducto junto con la migración epitelial normal y posteriormente sale expontaneamente. La interrupción mecánica de este proceso, como ocurre si se introduce un bastoncillo de algodón o la colocación de un audífono, puede dar lugar a la formación de un tapón de cerumen. Esta afección es posiblemente uno de los trastornos más frecuentes del CAE y se trata con cerumenolíticos o con la extracción física del cerumen aspirándolo. Las propiedades hidrófobas del cerumen lo convierten en una importante barrera física contra la entrada de humedad en el CAE, y se cree que los componentes del cerumen, como la lisozima, le confieren características antibacterianas.
La migración epitelial del revestimiento del CAE es esencial como mecanismo de autolimpieza de esta estructura. En la mayoría de los casos, el epicentro de este proceso migratorio parece residir en las proximidades del ombligo de la membrana timpánica. La migración epitelial tiene lugar a un ritmo aproximado de 0,07 mm/día y sirve para limpiar el canal de residuos, cuerpos extraños y bacterias.
Microbioma del CAE. El entorno cálido, oscuro y húmedo del CAE es ideal para el crecimiento bacteriano. La composición de la flora normal del conducto tiende a permanecer relativamente estable y actúa como factor disuasorio de la colonización del conducto por organismos patológicos. Los estudios de los resultados de cultivos de oídos normales muestran un predominio de Staphylococcus epidermidis, especies de Corynebacterium y micrococos. Puede encontrarse además una variedad de especies bacterianas menos frecuentes y en menor cantidad, como Staphylococcus aureus y diversos bacilos Gram negativos, junto con la presencia ocasional de algún hongo saprofito. Cabe destacar que Pseudomonas aeruginosa no suele estar presente en oídos normales, y su presencia sugiere la existencia de una infección.
Para seguir visualizando este capítulo descargar tema completo