• Epidemiología.
  • Patogenía.
  • Clínica.
  • Formas clínicas.
  • Pruebas complementarias: diagnóstico.
  • Tratamiento.
  • Pronóstico y secuelas.

                                                  

   La infección del oído que traspasa las barreras anatómicas puede conllevar la afectación de las membranas meníngeas que recubren el cerebro. Las formas de esta afección no son uniformes. La localización exacta y la extensión de la afección patológica son responsables de la sintomatología, que es fluctuante y cambiante de acuerdo con la progresión de la enfermedad. Por ello es clínicamente difícil clasificar y separar cada forma de acuerdo con su etiología y patología, a pesar de lo cual atendiendo a dichos criterios se pueden distinguir:

   ▪ Paquimeningitis externa y absceso extradural.

   ▪ Paquimeningitis interna y absceso intradural: verdadera meningitis localizada.

   ▪ Absceso subdural.

     Leptomeningitis.

    A fin de evitar la confusión que crea el uso de términos tales como meningitis primaria, secundaria, localizada y difusa, meningismo, reacción meníngea y meningitis por inflamación de vecindad, la palabra meningitis puede emplearse de forma adecuada en todos los casos que presentan signos clínicos de meningitis y cambios inflamatorios en el LCR.

   Desde el punto de vista anatomopatológico se puede constatar las intrincadas conexiones de la meningitis otógena con otras complicaciones endocranéales con las que frecuentemente va asociada: abscesos encefálicos, tromboflebitis de los senos endocranéales y petrositis.

   La leptomeningitis sigue siendo un problema importante, a pesar de que su frecuencia ha disminuido considerablemente, pero el carácter de su evolución sigue siendo grave, no puede ser controlada por la antibioterapia y puede dejar secuelas.

   La forma de aparición de estas complicaciones es tras una OM osteítica colesteatomatosa en la segunda o tercera décadas de la vida, con menos frecuencia es consecuente con una OMA, en el curso postoperatorio de la cirugía de oído medio, de la estapedectomía o como complicación inmediata o tardía de una fractura del peñasco en un oído que secundariamente presenta una otitis.

  

   

   EPIDEMIOLOGÍA.

   La maningitis bacteriana sigue siendo una enfermedad grave con una mortalidad y morbilidad altas. Es la complicación intracraneal más frecuente de la OM, ahora bien la porporción exacta de casos debidos a infección otologica es desconocida. En muchos textos con el nombre de meningitis otologica se refieren no sólo a la producida por OM si además a las producidas tras traumatismos otológicos fortuitos o quirúrgicos y acutando estos como puerta de entrada.

   En los niños se aconseja que ante un cuadro de meningitis se realice un buen examen otoscópico y un examen ORL general sin demora, ya que no es raro, especialmente en la meningitis purulenta, que se asocie una OMA.

   En el adulto la meningitis puede estar asociada a una OMA y más raramente a una OMC.

   

    

   PATOGENIA.

   Puede ser consecuencia tanto de una OMA como de una OMC siendo el mecanismo de propagación infeccioso el directo o el hematógeno.  

    La propagación hematógena es consecuencia de una bacterihemia. Esta patogenia está perfectamente comprobada en las meningitis causadas por Haemophilus influenzae, y que prácticamente con la vacunación han desaparecido. En las  meningitis por Streptococcus pneumoniae, el cuadro pude ser consecuencia de una propagación a las meninges de la infección bacteriana del oído medio por vias preformadas o por una tromboflebitis. Si con la vacunación anti-Haemophilus  las meningitis producidas por este germen han desaparecido, se espera que con la vacunación antineumococo ocurra lo mismo.

 

 

  Para seguir visualizando este capítulo descargar tema completo