• Antecedentes.
  • Sintomatología.

  

         

    Antecedentes.

   Interrogado el paciente minuciosamente, se puede comprobar como en muchos casos (66%) hay miembros de su familia sordos.

  

   Sintomatología.

   Los síntomas básicos que aparecen en la anamnesis son tres: hipoacusia, acúfenos y paracusia.

    Circunstancias de comienzo: dos, de cada tres casos, se trata de una joven que refiere una historia de hipoacusia, de aparición progresiva, insidiosa, bilateral, no pudiendo precisar con exactitud el comienzo, que puede remontarse a la pubertad. Otras veces se atribuyen estos síntomas a un catarro tubárico, que tratado por los medios habituales, no curó, por el contrario fue en aumento o se hizo bilateral.

  

        Hipoacusia: en su comienzo suele ser referida como insidiosa, gradual, bilateral o unilateral, pudiendo demostrarse en la exploración audiométrica una pérdida incipiente del otro oído que se suponía sano. Por su evolución inexorablemente progresiva acaba siendo, casi siempre, bilateral y asimétrica, siendo el oído más afectado el primero que dio sintomatología. Algunos pacientes, sin referir antecedentes rinofaríngeos, observan que los climas húmedos les son desfavorables para su hipoacusia y en las mujeres ésta se agrava con los episodios de su vida genital: menstruación, embarazo, etc.

   La evolución normal es que la hipoacusia comience por los tonos graves, por lo que los pacientes comienzan oyendo mejor la voz de mujeres y niños que la de hombres adultos, pero enseguida desaparecerá esta diferencia entre graves y agudos.

    La sordera en su comienzo es más locutiva que de tonos puros, presentando el fenómeno de la paracusia de Willis: éste consiste en un descenso de la agudeza auditiva a la compresión del lenguaje en ambiente silencioso, teatro, iglesia, etc. Presentando una agudeza auditiva normal en ambientes ruidosos, como bares, etc. Aparece precozmente en el 75% de los casos, para luego ir disminuyendo hasta desaparecer según evoluciona la enfermedad, por lo que, poco a poco, va aumentando la dificultad para la compresión del lenguaje.

   Conviene señalar que estos síntomas los podemos encontrar también en períodos tardíos de timpanoesclerosis y en ciertas sorderas de percepción pura, caracterizadas por una curva horizontal de más de 50 dB.

   Otro de los fenómenos a observar en el otoscleroso es la paracusia de Weber: es un hipoacúsico que no habla alto, sino más bien normal o tirando a bajo, debido a que tiene una sobreaudición interna, escuchándose a sí mismo por conducción ósea, lo que hace que tenga dificultad para entender durante la masticación.

 

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