• Parálisis facial completa.     
  • Parálisis facial parcial.
  • Contractura hemifacial permanente.
  • Espasmo hemifacial.
  • Sincinesias.
  • Lesiones corneales.
  • Síndrome de las lágrimas de cocodrilo.
  • Secuelas psicológicas.

                    

   Pueden aparecer en un 25-30% de las PFI. Para el médicos pueden ser consideradas como un mal menor, pero no son aceptadas así por el paciente. Las secuelas antiestéticas van a repercutir gravemente en su psiquismo, capacidad de trabajo y capacidad afectiva. Estas pueden ser neurofisiológicas y psicosociales. Del 25% de las PFI con secuelas, el 12% de los casos se consideran leves, en el 13% de grado medio y en el 4&  severas. Su aparición va a depender fundamentalmente de estos factores:
   
   ▪ La etiología del proceso, que va a determinar la evolución y posibles complicaciones del mismo. Es por ello importante ante una PF plantearse un diagnóstico etiológico desde su inicio, aunque la evolución de la PF nos parezca que va a ser benigna.
   
   ▪ Objetivamente puede predecirse que los casos con resultados más desfavorables en la exploración ENoG se relacionan de forma estadisticamente significativa con la aparición de secuelas debido a que existe una pérdida axonal importante. Con respecto a la EMG ocurre los mismo, cuanto mayor es el grado de denervación las posibilidades de que aparezcan secuelas son mayores.
  
   ▪ Cuanto más tiempo tarde en reinervarse la lesión más posibilidades hay de que aparezcan secuelas.
  
   ▪  Propios del enfermo:
   Edad: muchos autores coinciden en que, independientemente de la etiología del proceso, el factor edad es fundamental, siendo los sujetos de edad más avanzada los que tienen mayores complicaciones, quizás debido a la mayor fragilidad del sistema nervioso y vascular. A pesar de lo publicado este factor no ha sido bien documentado estadisticamente.
   Rapidez en acudir al médico: la rapidez en la instauración del tratamiento médico va a influir en la evolución y por tanto en la aparición o no de complicaciones.
   Diabetes: ensombrece el curso clínico de la PF y sobre todo enlentece la recuperación, si bien estadísticamente no se ha demostrado que sea causa de una mayor incidencia de secuelas.
  
   Las secuelas se muestran estadisticamente iguales en su frecuencia de aparición independientemente de cual sea la causa de la PF: idiopática, traumática, iatrógena, etc.
   La información al paciente ha de ser muy clara en lo referente a: evolución natural, posibilidades terapéuticas, frecuencia y tipo de secuelas que pueden quedarle, no debiendo aventurar, a la ligera,  pronósticos imposibles.
   Las secuelas no pueden considerarse como tales antes de los 6-7 meses de evolución.
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