• Periamigdalitis flemonosa y absceso periamigdalino.
  • Absceso amigdalino.
  • Absceso retroamigdalino.
  • Flemón y absceso parafaríngeo.
  • Absceso retrofaríngeo.
  • Absceso frío retrofaríngeo.
  • Adenitis cervical supurada.
  • Celulitis cervical difusa.
  • Otitis y sinusitis agudas.
  • Traqueitis y bronquitis.
  • Tromboflebitis de la yugular.
 
   La evolución normal de un cuadro de FA aguda es que el paciente en 48-72 horas quede afebril, pero cuando tras un correcto tratamiento, la fiebre persiste por más de tres días, han de descartarse las siguientes posibilidades evolutivas:
  • Que la virulencia del cuadro requiera de tratamiento antibiótico, si hasta entonces no se ha administrado.
  • Que se trate de una FA producida por un microorganismo resistente a la antibioterapia administrada, como podría ser un virus o bacterias anaerobias.
  • Que las dosis de antibiótico empleadas no sean las adecuadas.
  • Que el paciente comience a desarrollar una complicación local o de vecindad por propagación de la infección a lugares anatómicos adyacentes a las amígdalas; espacios perifaríngeos.
  • Especial atención merecen los paciente inmunocomprometidos que requieren un especial seguimiento.
 
   PERIAMIGDALITIS FLEMONOSA Y ABSCESO PERIAMIGDALINO.
   Quincy en la literatura anglosajona. 
    Son las complicaciones más frecuentes de las FA, siendo el absceso periamigdalino, o peritonsilar, el más frecuente de los abscesos en la patología ORL, tanto en adultos como en edad pediátrica. Su incidencia actual es de 30/100.000/año.
   La infección amigdalar puede propagarse a través de la cápsula conectiva amigdalina y producir primero una infección flemonosa, tipo celulitis flemonosa, en torno a la amígdala, que posteriormente puede evolucionar, o no, a la formación de una colección purulenta (abscesificación) en el espacio periamigdalino, entre la cápsula amígdalar y los músculos constrictor superior de la faringe y palatofaríngeo, espacio que en condiciones normales está ocupado por un tejido conectivo de disposición laxa.
   Excepcionalmente, el espacio periamigdalino puede infectarse a través de otros focos infecciosos de vecindad localizados en los últimos molares, o por una mastoiditis de Bezold.
 
   Incidencia:
   La formación del absceso es casi siempre unilateral, sólo excepcionalmente, en un 3% de los casos, es bilateral. Los bilaterales se han observados asociados con el SIDA. La fase flemonosa previa al absceso puede observarse con más frecuencia bilateralmente.
   Puede presentarse en pacientes de todas las edades, raro en lactantes y niños, siendo considerada una enfermedad de adultos jóvenes, pues su mayor incidencia se produce entre los 10-40 años.
   Su frecuencia anual de aparición presenta un pico estacional en primavera y otoño.
   Aproximadamente el 40% de los casos no tienen historia previa de amigdalitis recidivante.
   Un 10-15% de los casos presentan recurrencia del cuadro.